Imaginemos un proceso orquestado por RPA (Robotic Process Automation) en el que un chatbot se encarga de interactuar y extraer el estado de ánimo y las inquietudes de los clientes, ya sean reales o potenciales. Una inteligencia que en pocos minutos podría descomponer, examinar y detallar toda esa información para que con herramientas basadas en Advanced Analytics podamos cargar, sintetizar y visualizar los datos de forma automática.
El análisis de sentimiento e incluso la detección de amenazas terroristas en redes sociales, la organización de repositorios o la identificación automática de la causa raíz de un problema y sus posibles soluciones, son sólo algunos ejemplos dentro de los posibles ámbitos de aplicación.
En el marco del viaje a la inteligencia artificial (AI), desde Gfi estamos dirigiendo gran parte de nuestros esfuerzos a favorecer la interacción de personas y máquinas, a través de la Inteligencia Cognitiva y la estructuración de la memoria.
Esto perpetuamente nos lleva, casi de forma inevitable, a explorar el mundo del machine learning o aprendizaje automático, pero ¿y si entretanto nos detenemos en el Procesamiento del Lenguaje Natural (NLP) y su entendimiento?, desde Gfi siempre hemos sostenido que el entendimiento de nuestras máquinas es y será responsabilidad de la inteligencia de las personas. ¡Dispongámonos a la tarea!
Para una gestión eficiente del conocimiento, trataremos de emular la capacidad humana de lectura y de comprensión del lenguaje. Para ello nos apoyaremos en la solución de Expert Systems denominada Cogito, una herramienta basada en algoritmos de IA patentados, con más de dos millones de conceptos y entidades y seis millones de relaciones basadas en reglas, que actúa dividiendo los textos y mensajes en frases y palabras (lo que llamamos la “tokenización”) y haciendo análisis morfológico, lógico y semántico de los conceptos y las oraciones. Esto nos permite comprender el sentido del texto analizado de forma similar a como lo haría un humano, pero…, ¿qué hacemos con esto? ¡Acción!
Y ¡Acción! Es poner en combinación dicha inteligencia con las herramientas que permiten automatizar la interacción humana, como los chatbots o el RPA. Esta potente combinación permite una mejora exponencial del rendimiento, automatizando el acceso a la información (recuperar un correo, por ejemplo), comprenderlo y lanzar las acciones informáticas que de él se deriven, ¿te suena en tu día a día?
Emprender el camino hace años no fue tarea fácil. Sin embargo, podemos asegurar cada vez con más determinación que tenemos ¡¡Tierra a la vista!!